Provided: Andrea Núñez-Torrón
Date: 09 Mar 2020
El coronavirus copa las portadas y los telediarios de todo el planeta desde hace varias semanas, generando una gran alarma social y un fuerte impacto en la economía, industria, educación o producción de muchos países del mundo. En este reportaje arrojaremos luz sobre esta enfermedad del coronavirus conocida como COVID-19 y echaremos un vistazo a sus síntomas, modo de contagio, mitos y bulos, cifras de fallecidos y principales recomendaciones sanitarias para protegerse.
Mientras que los primeros casos humanos de COVID-19 tuvieron lugar en la ciudad de Wuhan a comienzos de diciembre de 2019, más de tres meses después queda poco para contabilizar 100.000 casos de contagio en más de 80 países distintos. La inmensa mayoría de los más de 96.000 registrados corresponden a China: el país asiático suma cifras por encima de 80.000 casos de contagio y contabiliza 3.042 fallecidos. Retrocedamos para empezar por el principio: ¿cómo y dónde se gestó el coronavirus? ¿Quienes son sus principales pacientes de riesgo?
Era 1 de diciembre en Wuhan, capital de la provincia de Hubei, cuando se reportaron varios casos de personas con neumonía de causa desconocida, muchos de ellos trabajadores de un mercado mayorista de marisco y pescado, en el cual también se comercializaban animales exóticos vivos. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que el brote estallase.
El nuevo coronavirus se llama SARS-CoV-2 y la enfermedad causada por él se llama COVID-19. Se trata de un virus ARN, con ácido ribonucleico como material genético, al igual que la gripe.
Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden enfermar tanto a animales como a humanos. En estos últimos se sabe que pueden causar infecciones respiratorias que oscilan desde el resfriado común hasta problemas graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
Centrándonos en el COVID-19, el origen exacto de la enfermedad actual todavía está en entredicho. Absuelto el pangolín, un mamífero sobre el que planeó la hipótesis de servir de puente para el contagio entre otros animales y las personas, y aunque hasta el momento no se conoce con certeza, la fuente primaria más probable de la enfermedad producida por el 2019-nCoV es de origen animal. La manera en la que pudo transmitirse es desconocida, pero todo apunta al contacto directo con animales infectados o sus secreciones, ya sea respiratorias o material procedente del aparato digestivo.
Aunque un extenso rango de animales podrían haber sido huéspedes del virus y no se ha identificado hasta la fecha el reservorio específico, los datos filogenéticos que se conocen apuntan hacia el murciélago, conocido por portar un número considerable de distintos coronavirus.
La búsqueda del paciente cero se complica a la par que aumentan los casos de infectados en todo el mundo. En cuanto a la entrada del virus en Europa, se cree que un alemán de 33 años podría haber sido el primer paciente del Viejo Continente en contagiarse de COVID-19. Ahora, pasemos a los síntomas.
Las autoridades sanitarias han informado de que los síntomas más frecuentes del coronavirus incluyen fiebre, tos, y sensación de falta de aire, mientras que en bastantes casos también se registran problemas digestivos como diarrea y dolor abdominal.
Aquellos casos más graves experimentan síntomas de neumonía, dificultad respiratoria grave, fallos renales o muerte. No obstante, es importante subrayar que los fallecimientos se vinculan a personas ancianas, inmunodeprimidas o con problemas pulmonares y de corazón. La enfermedad afecta especialmente a aquellos con enfermedades previas, sobre todo de tipo cardiovascular (un 10% de la mortalidad), diabetes (un 7,3% de mortalidad) y afecciones respiratorias crónicas (un 6,3%).
Si hablamos del RO -el número reproductivo de una enfermedad que apunta a su índice de contagio-, el del coronavirus es bastante alto, por encima de la gripe normal o de la porcina. En concreto, se sitúa en un 2,68, lo que quiere decir que una persona infectada con el virus contagiará de media a 2,68 personas. El contagio se produce únicamente por contacto directo, con gotas respiratorias de más de 5 micras y a menos de 2 metros de distancia. También es posible que se transmita por el contacto con una superficie contaminada.
En cuanto al periodo de incubación de la COVID-19 las estimaciones oscilan entre 1 y 14 días, y en general se sitúan en torno a cinco días. A medida que se obtengan más datos se compartirá con más precisión esta información por parte de las autoridades.
Según los datos estadísticos facilitados por el equipo de investigadores chinos del Equipo Epidemiológico de Respuesta de Emergencia a la Neumonía del Nuevo Coronavirus después de analizar más de 70.000 pacientes afectados, el 81% de los casos son leves, el 13,8% son graves y un residual 4,7% son críticos. A este último grupo pertenecen las personas mayores de 80 años, en las que el virus llega a un 14,8% de mortalidad.
Las tasas de mortalidad solamente son superiores al 1% en personas mayores de 50 años, un número que sube al 3,6% en las personas con edades comprendidas entre los 60 y los 69 años y hasta el 8% en personas que tienen entre 70 y 79 años. Por su parte, en los afectados de entre 10 y 49 años se registra un índice de mortalidad entre el 0,2% y 0,4%. Solamente un adolescente ha muerto y ningún niño entre cero y nueve años ha fallecido a causa del virus: en los más pequeños el coronavirus tiene una evolución clínica mucho más benigna, similar al catarro y con síntomas muy leves.
Cabe destacar que en los grupos más jóvenes la mortalidad del virus es el doble que la de una gripe común, afectando considerablemente más a hombres que a mujeres (2,8% frente a 1,7%).
En cuanto al índice de mortalidad general, este se sitúa en el 2,3% en el epicentro del brote, la ciudad china de Wuhan, y del 0,7% fuera de allí según confirma la Organización Mundial de la Salud.
Repasando el número de muertes en todo el mundo se superan los 3.400 decesos, 3.042 de ellos en China. Fuera de dicho país se han registrado más de 15.000 casos de contagio. La gran mayoría en Asia. Por el momento, la OMS descarta elevar el COVID-19 a la categoría de pandemia.
Las zonas de riesgo del coronavirus son las que han registrado esta infección a nivel local. Actualmente son China, Corea del Sur, Japón, Singapur, Irán y las regiones italianas de Lombardía, Véneto, Emilia-Romaña y Piamonte. Además de China, foco del brote, se han confirmado casos en 95 países, incluyendo a España.
La situación resulta especialmente preocupante en Irán, donde ya se contabilizan 4.747 casos de contagio y 124 fallecimientos, Corea del Sur, que supera los 6.000 casos diagnosticados y suma 33 muertes; e Italia, el país más afectado de Europa con 3.858 casos detectados y 148 personas que han perdido la vida. El segundo país europeo más golpeado se trata de Francia, con más de 300 diagnósticos y 6 muertes.
Si atendemos a España. hasta el momento se han diagnosticado 382 casos en 16 comunidades autónomas. Seis personas han muerto en Comunidad Valencia, País Vasco, Madrid y Aragón. Sanidad no aconseja celebrar a puerta cerrada eventos deportivos masivos con equipos que provengan de zonas de riesgo.
Desde los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) apuntan que por ahora no se sabe si la temperatura o el tiempo afectarán a la propagación del virus, aunque la gripe común y otros muchos se extienden más durante los meses más fríos del año. Por tanto, habrá que seguir de cerca a las voces expertas y próximos estudios y atender a la evolución del virus durante la próxima primavera.
Las curas milagrosas para el coronavirus o la venta de productos anunciados a través de mensajería instantánea, portales online o redes sociales suelen obedecer a fake news o responder a intereses espúreos. Lo primero que hay que aclarar es que las personas sanas que no tengan ni tos ni estornudos no tienen que usar mascarilla, únicamente si atienden a una persona en quien se sospeche la infección por el 2019-nCoV.
Además, desde la OMS recuerdan que las mascarillas únicamente son efectivas al combinarse con el lavado frecuente de manos con una solución hidroalcohólica o con agua y jabón. A continuación desmentiremos algunos de los bulos más extendidos acerca del coronavirus.
La Organización Mundial de la Salud alerta que los secadores de manos no pueden acabar con él, ni las lámparas de desinfección ultravioleta protegernos. Tampoco las personas deben emplear escáneres térmicos para ser diagnosticadas, puesto que estos solamente detectan la fiebre alta y los síntomas tardan en aparecer entre dos y diez días. Además, se comparten síntomas con la gripe común.
Otros bulos sobre los que alerta la OMS son aquellos que invitan a rociar alcohol y cloro por el cuerpo, algo que no matará el virus en el caso de estar infectado y que además, puede causar problemas de piel y perjudicar a las membranas mucosas de nuestro organismo. Por el momento no existe evidencia de que las mascotas o animales domésticos puedan propagar el nuevo coronavirus. Tampoco es inseguro recibir cartas o paquetes procedentes de China. Y desde luego, no puedes prevenir la infección enjuagando tu nariz con solución salina ni comiendo ajo crudo.
En torno a las vacunas, todavía no se ha desarrollado una para este virus específico, y los expertos aclaran que la vacuna contra la neumonía no cura el coronavirus.
La OMS ha compartido medidas de protección básicas contra el coronavirus. La más importante de ellas resulta lavarse las manos con frecuencia con desinfectante de manos a base de alcohol o con agua y jabón para matar al virus. Toser sobre el codo no en la mano o estonudar tirando el pañuelo después es otra de las pautas a seguir para evitar contaminar objetos o personas.
La distancia social debe ser al menos de un metro, particularmente hacia las personas que tosan, estornuden o tengan fiebre, ya que, a mayor cercanía, el virus puede ser inhalado. Desde la OMS también recomiendan evitar tocarse los ojos, la boca y la nariz con las manos, expuestas a muchas superficies susceptibles de estar contaminadas con el virus.
Por supuesto, es importante solicitar atención médica si experimentas síntomas del coronavirus como fiebre, tos o dificultad respiratoria, indicando a los profesionales sanitarios si has viajado a alguna zona en la que se haya notificado la presencia del virus SARS-CoV-2 o si has tenido contacto con algún paciente infectado. Ante síntomas respiratorios leves y carencia de antecedentes de viaje a China la higiene básica y reposo en casa son las medidas más apropiadas.
Por último, la OMS recomienda evitar consumir productos de origen animal crudos o poco cocinados y tener cuidado con su manipulación y los peligros de la contaminación cruzada. Es preciso extremar la higiene al acudir a mercados de productos frescos y/o animales.
En lugar de permitir que cunda el pánico, siempre debe primar la información veraz de organismos oficiales. En este sentido, recordamos de nuevo que el brote de coronavirus generalmente cursa como un cuadro febril benigno similar a la gripe, aunque como en otras infecciones víricas, la evolución puede ser desfavorable para colectivos vulnerables como las personas ancianas, inmunodeprimidas o con enfermedades como la diabetes, las patologías crónicas o cardiovasculares.
Fuentes empleadas: Organización Mundial de la Salud | Ministerio de Salud | Gaceta Médica | Cuídate Plus | Medline Plus | Kids Health | Instituto de Salud Global de Barcelona | Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria
